Las selvas pluviales o higrófilas son conocidas también con el nombre de bosques húmedos tropicales. Este bioma se desarrolla en regiones de alta temperatura y muy húmedos. Entre las especies más comunes figuran el Merecure (Couepia paraensis), el Castaño de monte (Pachira aquatica), el Coco de mono (Eschweilera parvifolia), el Matapalo (Ficus guianensis) y la Caraña (Protium heptaphyllum). Las selvas nubladas se desarrollan en ambientes de temperaturas moderadas o intermedias y alta humedad. En la Cordillera de la Costa, la selva nublada se presenta entre los 700 y los 2.500 m; en los Andes, generalmente, desde los 2.000 hasta los 3.000 msnm, y en las tierras altas de Guayana, entre los 1.000 y los 2.500 msnm. Entre las especies más conocidas figuran el Cedro amargo (Cedrela mexicana), la Mano de león (Oreopanax moritzii), el Muji (Prunus moritziana), el Marfil (Guettarda steyermarkii) y el Manteco negro (Ternstroemia acrodanta). Los bosques parameros se presentan por encima de las selvas nubladas, y solamente en las partes altas del estado Mérida, a una altitud entre los 2.980 y los 4.200 msnm con temperaturas que varían entre 2 y 11,5 °C, pudiendo presentarse nieve y hielo a 0°C. Las especies más notorias corresponden al frailejón de palito (Espeletia neriifolia), el Niquitaoíto (Bacharis prunifolia), el Huesito de pantano (Hypericum brathys), el Chicote (Aragoa lucidula) y el Quiboy (Hesperomeles peneltyoides).
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